Acaba de comenzar la competición y el equipo ya se postula como uno de los favoritos. Si, es demasiado pronto, pero el equipo atesora todas las bondades del año pasado, más la experiencia de haber luchado por el titulo de Benjamines anteriormente.
Cuando el árbitro dio el pitido inicial del enfrentamiento ante el Sant Andreu, el Sants ya sabía que tenía que hacer. Bien colocados, se hicieron dueños del partido. Se crearon innumerables ocasiones de gol y nunca dieron opción al rival. Jordi, nuestro portero, se despidió del partido sin demostrar su valía y con cara de haberse aburrido, sin duda no será la tónica de todo el campeonato pero es sintomático.
El juego del Sants, basado en la intensidad, presionó la salida del balón desde el ataque, obligando al Sant Andreu a jugar balones largos que nuestra defensa controlaba sin problemas.
Los goles fueron cayendo como fruta madura y pudieron entrar muchos más pero lo importante fue que el equipo nunca se rindió y desplegó una gran cantidad de variantes de juego, siempre saliendo desde la cueva y nunca rifando el balón.
Gran partido y seguro que falta lo mejor