El precio del éxito…
La capacidad para controlar los procesos de pensamiento, para concentrarse en una tarea, es una de las claves más importante para lograr una actuación eficaz en el deporte. El control mental es por tanto un factor decisivo en la competición, ya sea esta a nivel de deportes individuales o de equipo, de base o de elite.
La concentración es una de las claves más importantes que se pueden poner al servicio del deportista para mejorar su rendimiento tanto en la competición como en los entrenamientos. De hecho, las alusiones a la concentración son muy frecuentes, algunos ejemplos podrían ser los del tipo: “tienes que estar más atento a la jugada…”, “la falta de concentración al principio ha marcado el desarrollo del encuentro…” o “si este jugador no saltase al campo tan descentrado sería un excelente futbolista…”. Es muy frecuente incluso escuchar como se explica un mal partido por la falta de concentración, ya sea en momentos críticos puntuales o durante todo su desarrollo.
La concentración se define como:
“La focalización de toda la atención en los aspectos relevantes de una tarea, ignorando o eliminando los demás. Lo específico de la concentración es que se trata de dirigir la totalidad de la atención y no sólo una parte de ella a la tarea que estemos ejecutando” (González, 1996).
El precio del éxito es el trabajo duro, la dedicación la formación y la determinación, incluso si ganamos o perdemos. Los campeones no se crean en los gimnasios. Los vencedores se forman del más profundo deseo de victoria, por la lucha de un sueño hecho realidad y por el esfuerzo de conseguir la meta.
Nuestro objetivo algún día llegará.